Y no he sabido que hacer, ni que decirte...de hecho tenia ganas de irme de casa, y no seguir sintiendome mal.
Pero al final lo has solucionado. Y digo lo has, porque yo he seguido sin saber que decir o que hacer.
No me gusta esa sensación que me queda dentro cada vez que discutimos. Es como pasar en un instante de quererte a odiarte con toda mi alma. Creo que soy demasiado visceral, o te adoro o me sacas de quicio...y sin embargo te amo.
En parte se que la culpa es mía. Cuando no estás, cuando estás lejos, en el Caribe, te echo muchisimo de menos. Me apetece que vuelvas a casa, y que me salga todo ese baboso romanticismo acumulado. Y beso a mi almohada, y acaricio a tu ausencia, y me imagino lo que haría o lo que diría si estuvieras delante. Y cuando estas...nada. Es como siempre. Me siento como en casa, y eso no es necesariamente bueno. Me siento comoda, y no me esfuerzo. Y me siento siempre tan cansada, que no tengo ganas de nada. Y sé que no te importa, y me siento bien. Y no notas cuanto te quiero...Pero te quiero, aunque estés, aunque no estés. A las buenas y a las malas. No lo olvides.
Si quieres usar esta imagen, por favor cita mi nombre. Gracias
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