Precarismo Boreal

La Rubia y yo queremos ir a la caza de la Aurora Boreal. Pero estamos en un momento de cierto precarismo económico y no sabemos si lo vamos a lograr. La cosa es que nos vamos, el día 7 a las tierras de Ikea, a ver si comemos albóndigas de esas suyas y practicamos algo el sueco. De momento estamos enterradas entre folletos y cursos on-line llenos de "Tak", "Hej då" y demás.

A una mala, nos llevamos los malabares y la harmónica, y a ver si nos sacamos unas coronas... Ya veremos como nos va.

Entrando al armario...

En mi casa convivimos varias mujeres, un hombre, y un elemento subversivo que aun no se ha declarado ni de un sexo ni del otro... Entre todos esos tenemos dos homosexuales declaradas, dos heterosexuales declarados, un asexual indefinido, y un elemento asexual forzado (castrado) al que no le gusta salir del armario, lo que le gusta es entrar...
Ahora me explico. En casa, además de Ale y yo conviven tres tortugas, Coco, que es macho heterosexualísimo y Peggie, hembra más heterosexualísima si cabe, que aguanta el acoso y derribo de Coco, y de vez en cuando le da descendencia en forma de huevito comestible (que no dura más de 10 minutos después de puesto). La tercera en discordia es Gustavo, o Gustava, o Gustave, o... vamos, que no sabemos si es macho, hembra, elefante o qué. Ni los veterinarios lo saben... La cosa es que tiene tamaño de macho, y colores de macho. Pero cola de hembra. Y no le tira los tejos a Peggie. Ni recibe tejos de Coco. Ni nada. De nada.
Y luego queda Touchée. La gata asexuada antes de que pudiera disfrutar de un solo celo. Pobrecita. Pero es que había que aprovechar la oportunidad de hacerlo cerca de casa y a un precio impensable en España (1500 pelas...). La cosa es que a esta gata castrati no le importan en absoluto los años de lucha por la visibilidad, y en cuanto abrimos la puerta del armario, ¡Zas!, a dentro que va. No hay manera. Es más, en más de una ocasión se ha quedado dentro durante un buen rato, y sin rechistar. Qué poco solidaria...

Menuda fauna....

Un ciudadano, un voto...

Hoy en el autobús hemos asistido a un espectáculo bastante lamentable. Sin venir a cuento, una señora, de unos 60 y pico años, vestida con un abrigo de piel, se ha puesto a increpar a una chica, que debía ser Rusa, o algo así. Todos hemos comenzado a prestar atención cuando hemos escuchado -a grito pelado- "Vete a tu país, que eso es lo que tienes que hacer, guarra"-. En ese momento la señora ha continuado hablando y gritando a partes iguales, mientras el resto no sabíamos muy bien qué hacer. Hasta que, en un momento dado, la señora ha pasado al lado de la chica y, sin venir a cuento, le ha dado un manotazo. -¡Se ha reído de mi!- justificada la envisonada "dama" por llamarla algo, momento en el cual, como un muelle, hemos saltado todos los pasajeros del autobús, y el conductor ha amenazado con echarla si no se callaba, cosa que ha hecho en el acto.

Todo esto me ha hecho pensar en que, en las próximas elecciones esta mujer, y más "ciudadanos" como ella, tienen su democrático derecho al voto. Y es cuando me alegro de que, afortunadamente, y de momento, no sean mayoría, como se ha demostrado en el autobús....

Objetividad...

No recuerdo bien cuando fue, pero recuerdo que en el colegio, en clases de lengua, nos enseñaron que una de las cualidades que tenia el relato periodístico era la objetividad. Y nos hacían escribir un par de redacciones contando algo que nos había pasado tratando de ser objetivos.

No se qué estudiarán los niños ahora en el cole, pero me imagino que eso ya no, porque es abrir un periódico y encontrar frases del tipo: "no-se-quien ha hecho esto para lograr esto otro", "Alguien no ha hecho tal cosa porque esto...". Esta claro que ideologías las ha habido siempre. Y que hay mil formas de ser objetivo a la vez que se barre para casa. Pero creo que hemos llegado a un punto demasiado exagerado. Ya no leemos noticias que "tiran" hacia nuestras determinadas ideas. Ahora leemos lo que queremos leer. Nos lo dan masticado. En una noticia subjetiva no hay campo para la interpretación, y lo hay poco para la reflexión. ¿Es este el periodismo que queremos o el que nos merecemos?

Y eso por no hablar de la objetividad política.... así nos va.

Retomando

A veces es complicado retomar las cosas que por una u otra razón se han ido dejando de lado. Pero aquí estoy. Todos los días, cuando por la mañana voy en autobús al trabajo, siempre hay algo que me hace pensar: "esto tengo que contarlo en el blog", y sin embargo, llego a casa, y el sofá gana la batalla, sin demasiado esfuerzo ni bajas por su parte. Y yo, me rindo sin condiciones.

Pero hoy me he decidido a que eso cambie, y volver a la costumbre de postear casi a diario, aun a riesgo de que este blog se convierta en los desvarios preadolescentes de una mujer de casi 30 años... (si es que desde que los de movistar me regalaron el movil de preadolescentes-supernenas, mi vida no es la misma...)

Avisados quedais....