Ahora me explico. En casa, además de Ale y yo conviven tres tortugas, Coco, que es macho heterosexualísimo y Peggie, hembra más heterosexualísima si cabe, que aguanta el acoso y derribo de Coco, y de vez en cuando le da descendencia en forma de huevito comestible (que no dura más de 10 minutos después de puesto). La tercera en discordia es Gustavo, o Gustava, o Gustave, o... vamos, que no sabemos si es macho, hembra, elefante o qué. Ni los veterinarios lo saben... La cosa es que tiene tamaño de macho, y colores de macho. Pero cola de hembra. Y no le tira los tejos a Peggie. Ni recibe tejos de Coco. Ni nada. De nada.
Y luego queda Touchée. La gata asexuada antes de que pudiera disfrutar de un solo celo. Pobrecita. Pero es que había que aprovechar la oportunidad de hacerlo cerca de casa y a un precio impensable en España (1500 pelas...). La cosa es que a esta gata castrati no le importan en absoluto los años de lucha por la visibilidad, y en cuanto abrimos la puerta del armario, ¡Zas!, a dentro que va. No hay manera. Es más, en más de una ocasión se ha quedado dentro durante un buen rato, y sin rechistar. Qué poco solidaria...
Menuda fauna....

3 comentarios:
mirala.. no sabia que habias vuelto!!!
y esa gata.. me resulta familiar.. a ver si .. es prima de éste
jejejeje vamos, que no parais en casa con todos los bichos vivientes que teneis!! estoy segura de que os dan buenos momentos y anecdotas ;)
por cierto, con esa carita que tiene, se le perdona el empotramiento armaril!
Me ha hecho ilusión reencontrarte a partir de tus comentarios al Ave. :)
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