1 .- Diario Metro, cartas al director:
‘Top less’ en las playas
El alcalde de París ha prohibido el top less en las playitas del Sena por considerarlo vulgar. Aquí somos diferentes, y las autoridades sanitarias se preocupan
sobre todo de velar por la calidad sanitaria de la arena y del agua de nuestras playas, pero pasan por alto la alta contaminación visual a la que se somete a sus visitantes. Mis compañeras de sexo, en plena juventud o en franca decadencia, van derramando públicamente su intimidad corporal en un top less exhibicionista y molesto. Rogaría a las susodichas que nos permitieran, a las que acudimos con nuestras familias, disfrutar de las mismas sin alteraciones paisajísticas que suponen una penitencia añadida al calor, los insectos y al volumen del transistor de nuestros
vecinos playeros.
EVA N. FERRAZ, BARCELONA
2 .- Diario ADN, Opinión.
Espido Freire: "Leche materna (2)"
El pecho femenino ha sido siempre patrimonio del hombre. Se considera un objeto erótico, separado del resto del cuerpo, un fetiche que define el atractivo, la edad o la capacidad sexual; los trucos para mantenerlo joven, erguido y terso, las cirugías actuales, los cosméticos y lencería dan fe de cómo la mujer se valora y es valorada en relación a él. Las revistas eligen los mejores, los hombres listan los que prefieren, las mujeres pagan por los ideales.
Cuando no pertenece al hombre adulto, se le otorga esa posesión al bebé. El pecho que amamanta, hinchado, similar al modelo pornográfico, se cubre de inocencia al destinarse a una función práctica y esencial. Para muchos, hombres y mujeres, resulta imposible la transición de ese pecho sexual al pecho alimenticio. Perciben el que el niño mame en público como una exhibición obscena, como si se mostraran los genitales.
No es extraño, por lo tanto, que la misma opinión no deseada sobre los pechos sexualizados se repita en el pecho lactante. Todos (vecinos, familiares, testigos, médicos) tienen algo que decir. Les repugna, piden que no se haga en público, dificultan o censuran, y esas críticas aumentan cuanto más se prolonga la lactancia. Se deforma el pecho, puede provocar a alguien, no es sano para el niño. Prefieren que gaste dinero en leche artificial. Ah, la misoginia.
Olvidan esos seis meses de leche materna necesarios para el bebé. Olvidan el propio pudor que la madre siente, influida también por esas ideas.
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PD.. Hoy estreno sobrina...
Imagen obtenida de: www.ramonsantos.com